Morgan Sportès

Maos, par Arrabal, journal Mundo,17/12/2006

Maos par Arrabal

MUNDO 17 XII 06 Maos

El dramaturgo Fernando Arrabal rodeado de actores absolutamente arrevolucionarios. Foto : Lis.

Ex-maos absolutamente posmodernos

Maos : Último libro del argelino Morgan Sportès [Editions Grasset (París -agosto de 2006-)] y primer ejercicio de rememoración de un “idiota internacional” [¤¤¤]. Pinta los tigres de papel y los caballos de cartón a ras de atentado. Es el retrato de su secta de buen tono y armas tomar hace tres decenios. Feroz como una farsa de pirulí y pistolas. * maos (con minúsculas) : Ciegos ilustrísimos de lomo dorado y con el cerebro agujereado de ‘gruyère’ . Fueron tan monos, y tan ricos, y tan sacrificados, vestidos de charol bajo las banderas del vértigo. Se abrió ante ellos el “porvenir radiante” de las movilizaciones y de las inmobiliarias. Practicaron el “entrismo” como obreros de fábrica y terminaron entrando como patrones de la mundialización . [Y en mundovisión]. Hace treinta años eran ya los más fotogénicos y los más solidarios con los proletarios de arrabal y las cenicientas de tango : “200.000 personas de la Francia progresista [™] con la élite político-artística (Althusser, Jean Seberg, Glucksmann, Jane Fonda...) desfilaron en una de sus romerías parisienses[ 0 0 0]. Las masas revolucionarias [®] iban precedidas por los retratos de Mao, Stalin, Marx y Lenín. Las pancartas proclamaban : ‘El fascismo no pasará’, ‘Amerika SS’. Hoy algunos de aquellos terroristas militan en “Christian Crusade[©]”, otros meditan en “misteriosas comunidades que prometen el sincretismo religioso”. Pero los más alcanzaron la cima, sus zumos y sus mimos. “El mundo se ofrece a él. Él se ofrece al mundo. Tenía treinta años en 1975... pero como si sólo tuviera diez y seis. Y empezara su vida. La verdadera vida. Tenía que recuperar tanto tiempo perdido”. Se le prueba [y comprueba] que el maoísmo y otras formaciones revolucionarias... “e incluso el payaso guerrillero Che[™], fueron utilizados : algunos grupúsculos nacieron en el Ministerio de Gobernación ; en La Haya el periódico ‘mao’ se imprimía en la Comisaría Central”. A uno de los arrepentidos le proponen sin huellas de gas-oil : “¿Qué quiere ? ¿Un premio literario ? ¿Señoritas libidinosas ? ¿Una embajada ? Un ministerio ? ¿El éxito filosófico ? ¿Un silloncito en Harvard ? Haremos de usted un hombre absolutamente moderno”. Enterrado el maoísmo ya es rico, progresista, poderoso, con ‘curriculum’ de imitación y pasado auténticamente falso. Nadie puede acusarle del único crimen actual : el de no ser ¡absolutamente posmoderno ! * Triunfadores y ex : La hilera de vencedores casi completamente cubre de ceniza la página 391 del libro. De Lacan a Joris Ivens. Obviamente ninguno de nosotros figura en este cuadro del deshonor (ni Beckett, ni Ionesco, ni Topor, ni Fernández Molina, ni Pynchon, ni Kundera) ninguno de los que en aquel tiempo de trinos rancios y erratas roncas, intentamos, torpemente (¡pobrecitos de nosotros !) vivir como justos. * Jaculatorias (eyaculaciones, del latín ‘jaculari’) “Caligrafía de Mao : arte admirable, gran chorro lírico” : Roland Barthes empapado (pobrecito) de chorradas. * “Los clubes de vacaciones capitalistas son campos de concentración. La luz de la revolución conduce a Mao” : J-L Godard (pobrecito) cuando le tocó la china en 1967. * “Las salvas de la revolución maoísta responden al fascismo de la burguesía de Occidente” : Lucien Bianco (pobrecito) en sus “tiempos modernos” de la gran regresión, cuando el diablo por falta de calderilla no le pudo comprar su alma. * “Aquel ministro de Mitterrand había dado a sus dos hijos los nombre de Che y Mao y a su perro “Lulu” Lumumba” : Morgan Sportès, “Maos”. * “Clara Malraux reconoció que su ex-estalinista marido nunca puso los pies en China antes de escribir ‘La condición humana’”. “Gisors”, nombre del falso héroe de Malraux, será también el del libro de Sportès, a la altura de la circunstancia. * “La revolución china es un hecho histórico sin precedentes, que renueva radical y luminosamente el comunismo” : Pierre Guyotat (pobrecito) antes de que la historia le sobrepasara, sin que él pudiera mirarle ni el trasero. * “El único peligro de la revolución : la abdicación del hijo ante el padre fascista, De Gaulle” : jaculatoria pronunciada, entre otros, por Deleuze, Foucault y Guatarri (pobrecitos), inventores de la filosofía de auto-castigo. * “Exijamos la violencia revolucionaria frente a la cofradía de los impotentes” : Sartre (pobrecito) ‘dixit’ luego de confesar a la escamada Simone [andrógina con fimosis (pobrecita)] : “¿queridas ? ¿yo ? sólo soy un masturbador de clítoris”. * Otro arrabalesco esta vez de Morgan Sportès : “Haber ‘enzulado’ víctimas, enlutado con tiros en la nuca o lanzado cócteles Molotov, son triunfos en el juego de naipes del garito posmoderno”. www.arrabal.org